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miércoles, 22 de mayo de 2013
NOVELA PICARESCA: LAZARILLO DE TORME
LAZARILLO DE TORMES
NOVELA PICARESCA
-Contada en primera persona.
-El protagonista es un antihéroe
-Es una novela realista
-Es una novela crítica :Sociedad e iglesia .
-Autor : anónimo
ESTRUCTURA
-Prólogo
-Tratado I
-Tratado II
-Tratado III
-Tratado IV
-Tratado V
-Tratado VI
-Tratado VII
BIBLIOTECA DE BARCARROTA
jueves, 16 de mayo de 2013
TEXTO DE LA EDAD MEDIA
JARCHAS (escrita en mozarabe siglo x)
Jarcha en mozárabe:
¡Tant' amáre, tant' amáre,
habib, tant' amáre!
Enfermaron uelios gaios,
e dolen tan male.Traducción al castellano:
¡Tanto amar, tanto amar,
amigo, tanto amar!
Enfermaron unos ojos antes alegres
y ahora duelen tanto.
Jarcha
Vayse meu corachón de mib.
Ya Rab, ¿si me tornarád?
¡Tan mal meu doler li-l-habib!
Enfermo yed, ¿cuánd sanarád?Traducción al castellano:
Mi corazón se va de mi.
Oh Dios, ¿acaso volverá a mí?
¡Tan fuerte mi dolor por el amado!
Enfermo está, ¿cuando sanará?
Jarcha en mozárabe:
Garīdboš, ay yermanēllaš
kóm kontenērhé mew mālē,
sīn al-ḥabībnon bibrē´yo:
¿ad ob l'iréy demandāre?
bay-še mio qorason de mib
Yā rabbī ši še tornarad
țanmal mio doler al-habīb
Enfermo Ϋed quan šanarad
¿Qué faré mamma?
Mio al-habib eštad yana.Traducción al castellano:
Decidme, ay hermanitas,
¿cómo contener mi mal?
Sin el amado no viviré:
¿adónde iré a buscarlo?
Mi corazón se me va de mí.
Oh Dios, ¿acaso se me tornará?
¡Tan fuerte mi dolor por el amado!
Enfermo está, ¿cuándo sanará?
¿Qué haré, madre?
Mi amado está a la puerta
POESÍA CASTELLANA
ALBADA
Buenas noches caballeros
Y viva la gente honrada
Con permiso de ustedesVamos a cantar la albada.
Hemos tenido noticias
de que os habéis casado
mis compañeros y yo
la enhorabuena os damos.
Esta mañana temprano
después de salir el sol
os marchasteis a la Iglesia
a hacer vuestra confesión.
ALBORADA
miércoles, 15 de mayo de 2013
GARCILASO : POETA DEL RENACIMIENTO (S.XVI
GARCILASO
Soneto XIII A Dafne ya los brazos le crecían y en luengos ramos vueltos se mostraban; en verdes hojas vi que se tornaban los cabellos qu'el oro escurecían; de áspera corteza se cubrían los tiernos miembros que aun bullendo 'staban; los blancos pies en tierra se hincaban y en torcidas raíces se volvían. Aquel que fue la causa de tal daño, a fuerza de llorar, crecer hacía este árbol, que con lágrimas regaba. ¡Oh miserable estado, oh mal tamaño, que con llorarla crezca cada día la causa y la razón por que lloraba!
SONETO XXIII
En tanto que de rosa y de azucena
se muestra la color en vuestro gesto,
y que vuestro mirar ardiente, honesto,
con clara luz la tempestad serena;
y en tanto que el cabello, que en la vena
del oro se escogió, con vuelo presto
por el hermoso cuello blanco, enhiesto,
el viento mueve, esparce y desordena:
coged de vuestra alegre primavera
el dulce fruto antes que el tiempo airado
cubra de nieve la hermosa cumbre.
Marchitará la rosa el viento helado,
todo lo mudará la edad ligera
por no hacer mudanza en su costumbre.
Lee todo en: SONETO XXIII - Poemas de Garcilaso de la Vega http://www.poemas-del-alma.com/garcilaso-de-la-vega-soneto-xxiii.htm#ixzz2TLZVbDXU
TEMAS:
-NITOLOGIA
-NATURALEZA
-PERFECTA
-AMOR IDEALIZADO
-CARPE DIEM "vive la vida" ," coge el dia
miércoles, 24 de abril de 2013
LETRA CAPITAL
En una obra escrita o publicada, una letra capital o letra capitular o simplemente capitular es una letra que aparece al inicio de la obra, de un capítulo o de un párrafo y que tiene un tamaño mayor que las del resto del texto. En latín, initialis significa «permanecer al principio». A menudo, para destacarse, las letras capitales ocupan varios renglones de alto, y en ocasiones en los manuscritos más antiguos aparecen muy ornamentadas.
En los manuscritos ilustrados, pueden existir letras capitales con imágenes en su interior, conocidas entonces como «capitales historiadas». Este tipo fue una invención del arte insular de las islas británicas en el siglo VIII.
Las capitales historiadas que contienen, por lo general, espirales en forma de plantas, con pequeñas figuras de animales u hombres que no representan una escena específica, son conocidas como «capitales habitadas». Según los motivos decorativos, también puede hablarse de «capitales figurativas» o en otros casos, simplemente, de «capitales ornamentadas». Ciertas capitales importantes, como la B de Beatus vir ... en la entrada del salmo 1 al comienzo de unavulgata de salterio, podría ocupar una página entera de un manuscrito.
Estas letras iniciales capitales específicas, en un manuscrito iluminado, también eran llamadasinitiums.
LIBRO ILUMINADO
En los talleres de los monasterios medievales, los monjes se ocupaban de casi toda tarea artística e industrial practicada en la época; además de la arquitectura, escultura y pintura, trabajaban como orfebres y esmaltadores, tejían sedas y tapices, fundían campanas, encuadernaban libros, fabricaban vidrio y cerámicas. Algunos monasterios llegaron a ser verdaderos centros industriales recibiendo encargos de sus productos de otras iglesias y cortes señoriales de toda Europa; también constituían las únicas "escuelas de artes y oficios" existentes, donde aprendían el oficio artistas y operarios libres, gente errante que hallaba ocupación en otros monasterios, sedes episcopales y cortes feudales. Pero el arte por excelencia de estos centros era la copia de manuscritos. En cada monasterio había una biblioteca con salas de copia, scriptoria, donde se copiaban los libros y luego se intercambiaban con otros monasterios. Los libros copiados eran fundamentalmente libros religiosos: Biblias, Evangeliarios, Libros de Oraciones. Pero también, donde se encontraba alguna obra de la antigüedad, era copiada y preservada. Así llegó hasta nosotros la mayor parte de la rica tradición filosófica y literaria greco-romana.
BESTIARIOS EN LA EDAD MEDIA
Un bestiario (o bestiarum vocabulum) es un compendio de bestias. Se hicieron muy populares durante la Edad Media en forma de volúmenes ilustrados que describían animales, plantas ó motivos orgánicos de la naturaleza. La historia natural y la ilustración de cada una de estas bestias se solía acompañar con una lección moral, reflejando la creencia de que el mundo era literalmente la creación de Dios, y que por tanto cada ser vivo tenía su función en él. Por ejemplo, el pelícano, del que se creía que se abría su propio pecho para dar vida a sus polluelos con su propia sangre, era, a través de su sacrificio, una viva representación de Jesucristo. El bestiario, por tanto, es también una referencia al lenguajesimbólico de los animales en la literatura y el arte cristianos de occidente.
Un gran número de criaturas legendarias fueron imaginadas por vez primera en los valles mesopotámicos entre los ríos Tigris y Éufrates. Luego, desde aquellas culturas, con frecuencia se difundieron en oriente y occidente. Es el caso del Ave Fénix, por ejemplo, o la serpiente de varias cabezas que puede identificarse en la iconografía de diferentes civilizaciones. Algunas bestias mitológicas se caracterizan por reunir atributos animales y humanos, otras, quizá incluso más "monstruosas" reúnen simbólicamente la combinación de dos especies animales.
viernes, 19 de abril de 2013
EL ROMANCERO
Cuando los juglares recitaban los cantares de gesta, la gente pedía que repitieran los fragmentos más interesantes. El pueblo los aprendió y al repetirlos exclusivamente de forma oral, fue cambiando su contenido. En el siglo XV desapareció el gusto por los cantares de gesta, pero se siguieron recordando algunas partes de los mismos que se convirtieron en romances.Romance es un poema formado por una serie indefinida de versos octosílabos, de los cuales los versos pares riman en asonante y los impares quedan libres.Los primeros romances tiene su origen en el cantar de gesta. Cada uno de sus versos estaba dividido en dos partes o hemistiquios por una pausa ocesura con una sola rima asonante. El pueblo al aprenderlos utilizó la forma más fácil y breve; de forma que el segundo hemistiquio del cantar de gesta pasó a ser el segundo verso del romance, el segundo hemistiquio del segundo verso, pasó a ser el cuarto verso del romance y así sucesivamente.Como la fórmula del romance gustaba mucho al público, los juglares empezaron a componer otros en los que daban noticias, recogían leyendas populares, etc.Los romances tiene un lenguaje sencillo y sugerente. En muchas ocasiones, los juglares dejaban la acción interrumpida para dar mayor misterio a sus narraciones. Hasta el siglo XVI no se comenzaron a escribir los romances. A causa de la transmisión oral de los romances a través de los siglos; es posible encontrar varias versiones del mismo poema.
Clases de romances
- Históricos: Tratan temas relacionados con la historia.
- Fronterizos: Narran lo que pasaba en las fronteras o en las batallas fronterizas contra los moros.
- Legendarios: Están basados en leyendas populares.
- Carolingios: Narran hazañas de héroes de la épica francesa.
- Novelescos: Se basan en temas inventados.
- Líricos: Expresan sentimientos del autor.
El romancero es la agrupación de todos los romances que se han escrito desde el siglo XIV hasta nuestros días.
- El romancero viejo: Está formado por todos los romances anónimos compuestos desde el siglo XIV al siglo XVI.
- El romancero nuevo: Está formado por todos los romances nuevos o artísticos escritos por autores cultos y conocidos a partir de la segunda mitad del siglo XVI.
ROMANCE DE GERINELDO ,ANÓNIMO(ROMANCERO VIEJO)
-«Gerineldo, Gerineldo,
el mi paje más querido,
quisiera haberte esta noche
en este jardín sombrío».
-«Como soy vuestro criado,
señora, os burláis conmigo».
-«No me burlo, Gerineldo,
que de verdad te lo digo».
-«¿A qué hora, mi señora,
complir héis lo prometido?»
-«Entre las doce y la una,
que el rey estará dormido».
Tres vueltas da a su palacio
y otras tantas al castillo;
el calzado se quitó
y del buen rey no es sentido,
y viendo que todos duermen,
do posa la infanta ha ido.
La infanta, que oyera pasos,
de esta manera le dijo:
-«¿Quién a mi estancia se atreve
¿quién a tanto se ha atrevido?».
-«No vos turbéis, mi señora,
yo soy vuestro dulce amigo,
que acudo a vuestro mandado
humilde y favorecido».
Enilda le ase la mano
sin más celar su cariño:
cuidando que era su esposo
en el lecho se han metido,
y se hacen dulces halagos
como mujer y marido:
tantas caricias se hacen
y con tanto fuego vivo,
que al cansancio se rindieron
y al fin quedaron dormidos.
El alba salía apenas
a dar luz al campo amigo
cuando el rey quiere vestirse,
mas no encuentra sus vestidos:
-«Que llamen a Gerineldo,
el mi buen paje querido».
Unos dicen: «No está en casa».
Otros dicen: «No lo he visto».
Salta el buen rey de su lecho
y vistióse de proviso,
receloso de algún mal
que puede haberle venido:
al cuarto de Enilda entraba
y en su lecho halla dormidos
a su hija y a su paje
en estrecho abrazo unidos.
Pasmado quedó y parado
el buen rey muy pensativo,
pensándose qué hará
contra los dos atrevidos:
-«¿Mataré yo a Gerineldo,
al que cual hijo he querido?
Si yo matare la infanta,
mi reino tengo perdido!».
En tal estrecho, el buen rey,
para que fuese testigo,
puso la espada por medio
entre los dos atrevidos.
Hecho esto, se retira
del jardín a un bosquecillo.
Enilda al despertarse,
notando que estaba el filo
de la espada entre los dos,
dijo asustada a su amigo:
-«Levántate, Gerineldo,
levántate, dueño mío,
que del rey la fiera espada
entre los dos ha dormido».
-«¿Adónde iré, mi señora?
¿Adónde me iré, Dios mío?
¿Quién me librará de muerte,
de muerte que he merecido?».
-«No te asustes, Gerineldo,
que siempre estaré contigo:
márchate por los jardines,
que luego al punto te sigo».
Luego obedece a la infanta,
haciendo cuanto le ha dicho,
pero el rey, que está en acecho,
se le hace encontradizo:
-«¿Dónde vas, buen Gerineldo?
¿Cómo estás tan sin sentido?»
-«Paseaba estos jardines
para ver si han florecido,
y vi que una fresca rosa
el color ha deslucido».
-«Mientes, mientes, gerineldo,
que con Enilda has dormido».
el mi paje más querido,
quisiera haberte esta noche
en este jardín sombrío».
-«Como soy vuestro criado,
señora, os burláis conmigo».
-«No me burlo, Gerineldo,
que de verdad te lo digo».
-«¿A qué hora, mi señora,
complir héis lo prometido?»
-«Entre las doce y la una,
que el rey estará dormido».
Tres vueltas da a su palacio
y otras tantas al castillo;
el calzado se quitó
y del buen rey no es sentido,
y viendo que todos duermen,
do posa la infanta ha ido.
La infanta, que oyera pasos,
de esta manera le dijo:
-«¿Quién a mi estancia se atreve
¿quién a tanto se ha atrevido?».
-«No vos turbéis, mi señora,
yo soy vuestro dulce amigo,
que acudo a vuestro mandado
humilde y favorecido».
Enilda le ase la mano
sin más celar su cariño:
cuidando que era su esposo
en el lecho se han metido,
y se hacen dulces halagos
como mujer y marido:
tantas caricias se hacen
y con tanto fuego vivo,
que al cansancio se rindieron
y al fin quedaron dormidos.
El alba salía apenas
a dar luz al campo amigo
cuando el rey quiere vestirse,
mas no encuentra sus vestidos:
-«Que llamen a Gerineldo,
el mi buen paje querido».
Unos dicen: «No está en casa».
Otros dicen: «No lo he visto».
Salta el buen rey de su lecho
y vistióse de proviso,
receloso de algún mal
que puede haberle venido:
al cuarto de Enilda entraba
y en su lecho halla dormidos
a su hija y a su paje
en estrecho abrazo unidos.
Pasmado quedó y parado
el buen rey muy pensativo,
pensándose qué hará
contra los dos atrevidos:
-«¿Mataré yo a Gerineldo,
al que cual hijo he querido?
Si yo matare la infanta,
mi reino tengo perdido!».
En tal estrecho, el buen rey,
para que fuese testigo,
puso la espada por medio
entre los dos atrevidos.
Hecho esto, se retira
del jardín a un bosquecillo.
Enilda al despertarse,
notando que estaba el filo
de la espada entre los dos,
dijo asustada a su amigo:
-«Levántate, Gerineldo,
levántate, dueño mío,
que del rey la fiera espada
entre los dos ha dormido».
-«¿Adónde iré, mi señora?
¿Adónde me iré, Dios mío?
¿Quién me librará de muerte,
de muerte que he merecido?».
-«No te asustes, Gerineldo,
que siempre estaré contigo:
márchate por los jardines,
que luego al punto te sigo».
Luego obedece a la infanta,
haciendo cuanto le ha dicho,
pero el rey, que está en acecho,
se le hace encontradizo:
-«¿Dónde vas, buen Gerineldo?
¿Cómo estás tan sin sentido?»
-«Paseaba estos jardines
para ver si han florecido,
y vi que una fresca rosa
el color ha deslucido».
-«Mientes, mientes, gerineldo,
que con Enilda has dormido».
Romance de la luna, luna(ROMANCERO NUEVO)
A Conchita García Lorca
La luna vino a la fragua
con su polisón de nardos.
El niño la mira, mira.
El niño la está mirando.
En el aire conmovido
mueve la luna sus brazos
y enseña, lúbrica y pura,
sus senos de duro estaño.
Huye luna, luna, luna.
Si vinieran los gitanos,
harían con tu corazón
collares y anillos blancos.
Niño, déjame que baile.
Cuando vengan los gitanos,
te encontrarán sobre el yunque
con los ojillos cerrados.
Huye luna, luna, luna,
que ya siento sus caballos.
Niño, déjame, no pises
mi blancor almidonado.
El jinete se acercaba
tocando el tambor del llano.
Dentro de la fragua el niño,
tiene los ojos cerrados.
Por el olivar venían,
bronce y sueño, los gitanos.
Las cabezas levantadas
y los ojos entornados.
Cómo canta la zumaya,
¡ay, cómo canta en el árbol!
Por el cielo va la luna
con un niño de la mano.
Dentro de la fragua lloran,
dando gritos, los gitanos.
El aire la vela, vela.
El aire la está velando. FEDERICO GARCÍA LORCA
La luna vino a la fragua
con su polisón de nardos.
El niño la mira, mira.
El niño la está mirando.
En el aire conmovido
mueve la luna sus brazos
y enseña, lúbrica y pura,
sus senos de duro estaño.
Huye luna, luna, luna.
Si vinieran los gitanos,
harían con tu corazón
collares y anillos blancos.
Niño, déjame que baile.
Cuando vengan los gitanos,
te encontrarán sobre el yunque
con los ojillos cerrados.
Huye luna, luna, luna,
que ya siento sus caballos.
Niño, déjame, no pises
mi blancor almidonado.
El jinete se acercaba
tocando el tambor del llano.
Dentro de la fragua el niño,
tiene los ojos cerrados.
Por el olivar venían,
bronce y sueño, los gitanos.
Las cabezas levantadas
y los ojos entornados.
Cómo canta la zumaya,
¡ay, cómo canta en el árbol!
Por el cielo va la luna
con un niño de la mano.
Dentro de la fragua lloran,
dando gritos, los gitanos.
El aire la vela, vela.
El aire la está velando. FEDERICO GARCÍA LORCA
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